La risa como Terapia
Sigmund
Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía
negativa. Esta capacidad fue científicamente demostrada cuando se descubrió que
el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de
comenzar a reír. En lógica relación con esta evidencia, en los últimos lustros
se ha afianzado la risa como terapia.Reírse es una función biológica necesaria
para mantener el bienestar físico y mental.
Cuando reímos, el cerebro emite una información necesaria para activar la
segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias,
que poseen unas propiedades similares a las de la morfina, tienen la capacidad
de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los
linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las
endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel
esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende
algo tan sencillo como estar bien o estar mal. Como se puede comprobar, aprender
a reír es algo más importante de lo que parece a simple vista.
Una de las líneas de trabajo en algunos centros de psicoterapia es la
risoterapia, que consiste en estimular la producción de distintas hormonas que
genera el propio organismo con ejercicios y juegos grupales. Su cometido es el
de potenciar el sistema inmunitario en general y facilitar la superación de
diferentes bloqueos. Se utilizan técnicas que ayudan a liberar las tensiones del
cuerpo y así poder llegar a la carcajada, como la expresión corporal, el juego,
la danza y ejercicios de respiración o masajes. Se trata de lograr reír de una
manera natural y sana, de que las carcajadas salgan de lo visceral e irracional,
como en los niños. En el fondo, a lo que se aprende es a orientar la percepción
de las situaciones para que al verse en ella nos riamos, con nosotros mismos y
con los demás.
Efectos físicos de la risa
- Ejercicio: con cada carcajada se ponen en marcha cerca
de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con
la risa.
- Limpieza: se lubrican y limpian los ojos con lágrimas.
La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además,
elimina las toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje
interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las
sustancias tóxicas.
- Oxigenación: entra el doble de aire en los pulmones,
dejando que la piel se oxigene más.
- Analgésico: durante el acto de reír se liberan
endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso,
cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se
utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del
sistema inmunológico.
- Rejuvenecedora: rejuvenece al estirar y estimular los
músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y
antiarrugas.
- Previene el infarto: el masaje interno que producen los
espasmos del diafragma alcanza también a los pulmones y al corazón,
fortaleciéndolos.
- Facilita el
sueño: Las
carcajadas generan una sana fatiga que elimina el
insomnio.

Efectos psicológicos de la risa
- Elimina el estrés: se producen ciertas
hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir
más despiertos.
- Alivia la depresión: nos hace ser más
receptivos y ver el lado positivo de las cosas.
- Proceso de regresión: puede generar un
retroceso a un nivel anterior de funcionamiento mental o emocional, generalmente
como un mecanismo para aliviar una realidad que se percibe como dolorosa o
negativa.
- Exteriorización: a través de la risa las
personas exteriorizan emociones y sentimientos. A veces es percibida como una
energía que urge por ser liberada, sobre todo cuando necesitamos reír y la
situación social no lo permite.
También debemos hacer hincapié en los factores sociales de la risa, como
su carácter contagioso, la salvación de situaciones socialmente incómodas y el
poder comunicativo del humor. Éstos revisten una importancia terapéutica
especial ante disfunciones de tipo social.
Pautas para poder reír
En algunos casos contados
habrá que acudir a centros en los que se practique la risa y el buen humor como
método terapéutico, pero lo habitual será autoadministrarse la risa buscando
ocasiones para ello.
- Lo primero es trabajar la actitud ante la vida: con una
sonrisa.
- Esforzarse en ver siempre la "botella medio llena y no medio
vacía".
- Intentar encontrar cada vez nuevas posibilidades y no amargarse
con los problemas.
- Evitar esa actitud de "tener un problema para cada
solución".
- Leer libros de humor.
- Ver películas y obras de teatro cómicas.
- Intentar reírse de uno mismo en la intimidad. Hacerlo en
sociedad es ya para niveles avanzados.
- Frecuentar programas de TV que fomentan la risa, sobre todo
cuando es un buen humor que no se hace a costa de nadie. El buen humor no tiene
por qué ser cáustico o destructivo, aunque como muchos manjares pueda picar un
poco.
Reírse es una función biológica
necesaria para mantener el bienestar físico y mental. Es una forma excelente
para lograr la relajación, abrir nuestra capacidad de sentir y de amar.